sábado, 13 de febrero de 2016

Un paseo por la arquitectura italiana

Un recorrido por el diseño arquitectónico italiano por Massimo Filippa.


Italia siempre ha marcado un hito en lo que a diseño arquitectónico respecta; es por ello que la influencia del estilo transalpino se extiende con elegancia en edificaciones tradicionales y otras, que entran de lleno en el terreno de la vanguardia. El mundo siempre ha mirado con asombro a este país de genios, inventores e historias de amor fantásticas. Por ello, cada uno de sus poros rezuma calor e ingenio.

La transformación del pasado siglo fue crucial para el entendimiento del arte mediterráneo, cuyas siluetas se abrieron pasos entre las nubes y quisieron ver más allá de la hegemonía de las catedrales.

Si bien es cierto que Mussolini sufrió el gran delirio de verse a sí mismo como un nuevo César y las construcciones por él promovidas se adueñaron de facto del ansia por perdurar heredada del Imperio Romano, es igualmente de recibo señalar que su 'neoclasicismo' supuso la edificación de mausoleos de porte fantástico, como el Coliseo Cuadrado (Palazzo della Civiltá Italiana).

Palazzo della Civiltà Italiana - Flickr: Eugene Van Grinsven

Milán se erigió como abanderada del cambio consustancial a los nuevos tiempos tras la Segunda Guerra Mundial. Los espectaculares 100 metros de la Torre Velasca dibujan un estilo modernista que bebe de las raíces del medievo, con una parte alta sostenida por vigas que desafían al ojo humano y retan a la mente a un intercambio de besos. Gio Ponti, ya en los albores de la década de los 60, retó a las leyes gravitacionales con su rascacielos Pirelli, de nada menos que 127 metros y sustentado por recio cemento para representar a la conocidísima marca de neumáticos italiana.

Torre Velasca - Flickr: Olivier Bruchez


A lo largo del territorio italiano se encuentra un sinfín de obras arquitectónicas tan bellas y curvilíneas como la figura de las mujeres de este país. El Mediterráneo contempló durante siglos la irrupción de culturas, el sostenimiento de imperios y todas aquellas virtudes y defectos capaces de engrandecer al ser humano, y también de hacerlo descender a los infiernos.

En nuestros tiempos, Italia sigue estando a la vanguardia en lo que a la arquitectura atañe. La línea de costa de Rimini, renovada con maestría por Foster & Partners es un buen ejemplo de ello. También la ascensión insinuante pergeñada con estrellas de mar del Museo en Reggio Calabria, cuya simetría radial es tan hermosa como funcional.

Museo Archeologico Nazionale della Magna Grecia di Reggio Calabria - architetto.info
En Bolzano, la experimentación es capaz de abrirse paso entre tierras que han amparado a los grandes clásicos. Así, su parque científico se eleva como un pájaro de plumas imposibles, que contornea el cielo entre zigzágs elegantes.

Roma, la ciudad eternamente enamorada del amor, no olvida el pasado esplendoroso de arquitectura aspirante a la eternidad, con edificios como el Centro de Congreso Nuvola di Fuksas o el Auditorium Parco della Musica. También manifiesta su inquebrantable apuesta por diseños casi futuristas, con el Museo Ara Pacis o el Nuovo Macro.

Auditorium Parco della Musica - Flickr: Roberto Ventre
En definitiva, Italia, este gran país de sangre caliente que fluye entre pactos con el arte y momentos evocadores, sigue recordándonos que nuestra condición es capaz de elevarnos a las estrellas solo con dar rienda suelta a la creación arquitectónica, estampación del talento y del ansia por trascender, eso sí, con pasión infinita.

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